Casting for Marlene Mckinnon

Marlene C. Mckinnon

✘ NOMBRE DEL PERSONAJE POR EL QUE OPTAS.
Marlene Mckinnon.

✘ RAZONES POR LAS CUALES DESEAS TOMAR AL PERSONAJE.
Desde siempre me ha gustado el personaje de Marlene, y es uno de los que más me gusta interpretar en foros de la época merodeadora. A pesar de eso, la personalidad que se le ha dado en este foro no es como las que suelo desarrollar con este personaje, por lo que me resulta aun más interesante.

✘ TIEMPO QUE LE DEDICARÍAS AL PERSONAJE, DENTRO DEL ROL.
El suficiente. Ahora mismo no estoy de forma activa en ningún otro foro, y disfurto mucho roleando, por lo que no abandonaría el PJ sin más. Por otra parte, suelo andar bastante liada entre semana, con el tema de la universidad, pero creo que conseguiré sacar el tiempo suficiente para llevar al día mis roles.

✘ ARGUMENTO DEL CASTING.
En el expreso de Hogwarts, poco antes de llegar al castillo, Marlene reflexiona acerca de los últimos acontecimientos..

✘ CASTING.
Gruesas gotas de lluvia surcaban el cristal, fusionandose unas con otras, desapareciendo poco a poco. Mantenía la cabeza apollada en la fria superficie de la ventana del compartimento, hacía tiempo que el tema de conversación se había terminado y ahora estabamos cada una a lo nuestro. Mis ojos se encontraban fijos en el oscuro paisaje, hacia un rato que había anochecido, pero mi mente vagaba muy lejos de allí.

Había atravesado el andén 9¾ esa misma mañana, un uno de septiembre, como todos los años, pero esta vez había sido diferente. Era la misma sensación al atravesar el muro, esa mezcla de frio y un ligero vuelco en el estómago, como cuando accidentalmente atravesaba a uno de los fantasmas del castillo, esa confusión que sentía, como al no calcular bien las distancias, cuando había bebido más de la cuenta, y trataba de coger un objeto que realmente no estaba ahí… Era lo mismo de siempre, pero todo había cambiado.
El andén era el mismo, pero dentro se notaba que había menos gente que otros años. Se notaba notaba la tensión, como si una sombra invisible se cerniera sobre todos nosotros. Los nervios y la emoción que solía sentir todos los años se habían visto sepultados bajo un nuevo sentimiento. Era la sensación de que algo no iba bien, de que iba a pasar algo malo.

Aquel pesar llevaba acompañándome desde hacía tiempo. Había estado conmigo todo el verano y no parecía tener intención de desaparecer. Y sabía de sobra el motivo. Se avecinaban tiempos oscuros, decían algunos. Sí… Muy oscuros. Tiempos oscuros y peligrosos, tiempos difíciles. No necesitaba leer El Profeta para comprender lo que sucedía, no necesitaba que nadie me lo dijera, era algo que se sentía. Se veía en la calle, se notaba en el ambiente, se olía. Era un secreto a voces. Algo de lo que nadie se atrevía a hablar abiertamente, algo que al gente prefería ignorar, como si de tal forma fuera a desaparecer.

Yo también procuraba no pensar en ello. Procuraba divertirme por mi cuenta, hacer el gamberro, reirme con mis amigas, salir de fiesta, incordiar a mis hermanos… Vivir mi vida. Con aparente normalidad, como si no pasara nada. Pero en el fondo sabía que solo era cuestión de tiempo. Sabía que est era la calma que precedía a la tormenta. Había habido ataques, al principio aislados, pero cada vez más frecuentes. La gente parecía preferir ignorarlos, como si el desconocimiento fuera a protegerles. Pero, en el fondo, sabía que la burbuja no tardaría en explotar.

Lo había sentido al abrazar a mi madre, a modo de despedida, antes de subir al expreso. Me abía abrazado con más fuerza de la normal, como si temiera que fuera a desaparecer entre sus brazos, como si no quisiera soltarme nunca. Me había mirado a los ojos, casi suplicante. Mis padres sabían que no iba a renunciar a Hogwarts, por mucho que ellos lo creyeran más seguro. No me habían pedido que me quedara en casa este curso, pero yo sabía que lo habrían preferido. En algunos momentos lo había considerado. Quizá lo más seguro fuera irse del país. Esperar a que pasara la tormenta. Pero luego lo había pensado mejor, sabía que era lo que debía hacer. Alguien tendría que quedarse a dar la cara.