Casting para Xenophilius

Xenophilius Lovegood

✘ NOMBRE DEL PERSONAJE POR EL QUE OPTAS.
Xenophilius Lovegood.

✘ RAZONES POR LAS CUALES DESEAS TOMAR AL PERSONAJE.
Siempre me he sentido identificado con los lovegood, me encanta ese aire fantastico y ese mundo en el que viven... Son diferentes al reso, y eso les hace únicos. Desde el principio, esta familia me enamoró, por tanto siempre intento llevarla en foros de la época de los merodeadores. .

✘ TIEMPO QUE LE DEDICARÍAS AL PERSONAJE, DENTRO DEL ROL.
Pues me pasaría por el foro como mínimo una vez al día y contestaría los post que tuviese pendiente. Por supuesto, intentaría ser activo ya que se lo que representa un personaje cannon para el foro. .

✘ ARGUMENTO DEL CASTING.
Xenophilius está pensando en todo y a la vez en nada en los terrenos. Una alumna de primero se acerca para hablar con el. .

✘ CASTING.
Primavera. Mi estación favorita del año, sin dudarlo ni un solo segundo. Sentado en los terrenos lo observaba todo con detenimiento... Cada árbol, cada flor, cada pájaro y su melodía... Pero esta primavera no sería como las anteriores, no desde que aquellos mortifagos entraron en hogwarts. Esta época del año estaba bañada en sangre... Pero solo es cuestión de tiempo, al final todo iba a acabar de una manera y gracias a una sola cosa. La guerra. ¿Y yo que iba a hacer? Esconderme, claro, no era capaz de atacar alguien mediante la magia, lo único que conseguiría si lo intentara sería un cuerno de Snorkack y unas patas de hipogrifo.

Mientras mis pensamientos se entremezclaban en la cabeza, una chica rubia se acercó a mi
y yo levanté unos segundos la vista para mirarla. Era de Hufflepuff, y por su aspecto de primero. Volví mi cabeza a los árboles que tenía en frente y me volví a sumergir en mis pensamientos. ¿En qué estaba pensando? ¡Ya se me había olvidado. Di un suspiro y volví a mirar hacia atrás. La chica seguía allí. "Seguro que su pelo está lleno de Grabbons." Pensé mientras miraba sus ojos color marrones castaños...

La chica me sonrió -¿Puedo sentarme aquí?- preguntó ella con un tono de voz infantil y amistoso. Miré a los lados y me encogí de hombros. -Como quieras.- Ella se agachó y se sentó a mi lado. Ensimismado miraba de nuevo los arboles... y de nuevo, la chica fijó su mirada en mi.

-Tu pelo debe se estar lleno de Grabbons- Comenté sin mirarla a los ojos. Mi mirada se perdía mas allá de las montañas. La chica se rió débilmente como si fuese una broma. -¿Que es eso?- Mis ojos se iluminaron, era la primera vez que la gente me pedía que le contara que eran los grabbons, normalmente me decían cosas como "Eso no existe, deja de inventarte cosas" o "ya me avisaron de lo rarito que eras, pero no me esperaba que tanto..." La miré a los ojos y esbocé una pequeña sonrisa... Rápida y pequeña, pero una sonrisa al fin y al cabo. -Los grabbons son unas criaturas mágicas muy pequeñas que se esconden en tu pelo.- La chica se colocó las manos en su pelo... ¡Me había creído! No mucha gente lo hacía, pero solo sería cuestión de tiempo hasta que se diesen cuenta de que nada de lo que decía me lo inventaba... Yo estoy complemente seguro de que existían.

Estuvimos hablando cosa de una hora. Me sentía bien con ella, no le parecía un raro como a todos... Ella era distinta. Hablamos sobre muchas cosas, aunque lo que mas le gustó fue cuando le hablé de mi sueño... Conseguir un cuerno de Snorkack de cuernos arrugados. Y cuando parecía que habíamos congeniado, apareció alguien mas por detrás de nosotros. Era un Gryffindor de Séptimo curso. -Elicia, ¿Que haces hablando con el chalado?- Preguntó el con muy mala cara. Tenía los mismos ojos y la misma nariz que la chica... debían de ser hermanos. Elicia se levantó y me señaló ¿Que iba ha hacer? -¡El chalado tiene nombre! ¿Sabes?- Bien, estaba a punto de meterme en un lío. A su hermano le tembló el labio y cogió a su hermana del brazo. Tiró de ella con muy mala cara y me miró con desprecio. -Como te vuelvas a acercar a ella, vas a saber lo que es bueno!- Se giró y tiró de su hermana pequeña. Me compadecía del hermano, el solo quería proteger a su hermana, y no es que me hubiese ganado una buena fama en el colegio. Gritó su último "¡CHIFLADO!" antes de desaparecer de mi vista.

Me volví a sentar en el suelo de los terrenos y me abracé las piernas. Algún día. Solo debía esperar. Algún día verán que no mentía y que nada de lo que decía me lo inventaba, porque para ellos no existen, pero es porque no creen en la magia de verdad. Miré aquel atardecer de aquella tarde de primavera volviendo a sumejirme en mis pensamientos. Pensando en todo, pero a la vez en nada.